Jubilación de Bernhard Pfahler: una vida para BRK en Neuburg

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Bernhard Pfahler se despide después de 30 años en la asociación del distrito BRK de Neuburg-Schrobenhausen. Una mirada retrospectiva a sus esfuerzos.

Bernhard Pfahler verabschiedet sich nach 30 Jahren beim BRK-Kreisverband Neuburg-Schrobenhausen. Ein Rückblick auf seinen Einsatz.
Bernhard Pfahler se despide después de 30 años en la asociación del distrito BRK de Neuburg-Schrobenhausen. Una mirada retrospectiva a sus esfuerzos.

Jubilación de Bernhard Pfahler: una vida para BRK en Neuburg

El 9 de noviembre de 1989 nunca será olvidado en la historia de Alemania. Ese día cayó el Muro de Berlín, que separó a familias durante años y bloqueó el camino hacia la libertad de muchas personas. El Revolución pacífica condujo a la apertura de las fronteras interiores alemanas y, por tanto, a la superación del Telón de Acero. En las semanas y meses posteriores al cambio histórico, la gente cruzó en masa los cruces fronterizos de Berlín Occidental hacia la República Federal. Cientos de refugiados encontraron un nuevo hogar en Neuburg, muchos de ellos alojados en el cuartel de Tilly.

Bernhard Pfahler, que en aquel momento era soldado temporal en el estado mayor de la Cruz Roja, fue uno de los ayudantes que apoyó a los refugiados durante estos tiempos difíciles. Proporcionó a la gente productos de higiene y ropa y les devolvió un poco de esperanza a sus vidas. En sus 30 años de carrera en Asociación del distrito BRK Neuburg-Schrobenhausen, de la que trabajó durante 20 años como director organizativo, se hizo un nombre y el alcalde Bernhard Gmehling lo valora como "el señor BRK".

Una mirada retrospectiva a tres décadas

Después de numerosos encargos en eventos importantes del distrito, Pfahler se jubila y recuerda aquellos tiempos llenos de acontecimientos. El Muro no era sólo una estructura física, sino un símbolo de la división de Alemania, que desgarraba a muchas familias y causaba sufrimiento e incertidumbre. Durante la época del Muro, que constaba de dos muros y formaba una franja de muerte de 155 kilómetros de largo y fuertemente vigilada alrededor de Berlín Occidental, los intentos de escapar a menudo se pagaban con la vida. Al menos 235 personas murieron intentando llegar a Occidente, lo que pone de relieve la urgencia y el dolor de escapar.

La apertura del muro no sólo fue el comienzo del llamado punto de inflexión, sino también una señal del colapso del comunismo en Europa Central y Oriental. Desde hacía tiempo las protestas en la RDA iban en aumento y la gente exigía más libertad. El 9 de noviembre de 1989 se convirtió en el clímax simbólico de estos esfuerzos, mientras el mundo esperaba la conferencia de prensa de Günter Schabowski. Su engañosa afirmación de que los cruces fronterizos ahora estaban abiertos en todo momento llevó directamente a una carrera hacia el muro.

Un nuevo capítulo para Neuburg

Esta vez también fue un punto de inflexión para Neuburg. La ciudad abrió sus puertas a los refugiados necesitados y también proporcionó un importante punto de contacto en el cuartel de Tilly. Durante esta época difícil, Pfahler fue un ancla importante para muchos que tuvieron que huir de su tierra natal. Ahora que se jubila, deja un legado de compasión y servicio incansable que perdurará por mucho tiempo con la gente de su ciudad natal.

Los recuerdos de la caída del Muro de Berlín y los acontecimientos que siguieron están profundamente grabados en la memoria colectiva de los alemanes. La caída del Muro no fue sólo el fin de una era, sino también el comienzo de un nuevo tiempo caracterizado por la esperanza y el anhelo de unidad. Incluso hoy en día se necesita coraje y compromiso para promover la convivencia en una sociedad diversa, un compromiso que Bernhard Pfahler vivió y que ahora lleva consigo cuando se jubila.