Reloj de la torre de la iglesia de Ebersberg: ¡El pastor acelera el tiempo mientras está ebrio de las alturas!
Ebersberg: El pastor Riedl cuida manualmente el reloj de la torre de la iglesia, de 250 años de antigüedad. La entrega de nuevos motores es incierta. ¡Visita la iglesia!

Reloj de la torre de la iglesia de Ebersberg: ¡El pastor acelera el tiempo mientras está ebrio de las alturas!
En Ebersberg hay actualmente mucho movimiento alrededor de la torre del reloj de la iglesia de San Sebastián. Este histórico reloj cuenta con unos 250 años de funcionamiento y en los últimos meses el pastor de Ebersberg, Thomas Riedl, se ha consolidado como su guardián permanente. Dos veces al día, a las 8 de la mañana y a las 20 horas. Por la noche, Riedl sube la torre de aproximadamente 70 metros de altura con sus 129 escalones para accionar el reloj manualmente. Los motores que originalmente estaban destinados a alimentarlo datan de la década de 1960 y ahora están defectuosos, lo que provocaría que el reloj se detuviera sin acciones de arranque manual. Como informa Merkur, Riedl también tiene que detener el mecanismo pendular al cambiar la hora y volver a ponerlo en marcha más tarde, porque el La varilla de péndulo de metal es sensible a la temperatura y puede afectar la precisión.
El reloj, que se instaló en 1784 después del incendio de un monasterio, es muy popular a pesar de su envejecimiento. Esta obra maestra mecánica no sólo es importante para la comunidad sino también una atracción turística. Muchos niños participan en visitas guiadas a la iglesia y se aventuran hasta la cima, donde son testigos de esta rareza técnica.
Un transporte complejo
El estado del reloj de la torre ha llevado a dos expertos a desmontarlo y examinar su mecánica. Es un proyecto gigantesco que está resultando estar lleno de obstáculos. Numerosas asociaciones apoyan la retirada del reloj, que debe ser transportado a través de empinadas escaleras de madera, un agujero bajo en un muro de toba y pasarelas de madera en la estructura del tejado. Los ayudantes cargan el reloj en tinas y cestos a la espalda para transportarlo hasta la planta baja, lo que supone un enorme esfuerzo logístico. Los investigadores locales de la comunidad también están tratando de descubrir de dónde provienen originalmente los mecanismos. El periódico Süddeutsche Zeitung sigue de cerca esta evaluación y el transporte del reloj histórico (https://www.sueddeutsche.de/muenchen/ebersberg/ebersberg-turmuhr-kirche-kirchturmuhr-sanierung-1.6301817).
El reloj se colocó originalmente en las torres en una época en la que los relojes de torre apenas comenzaban su marcha triunfal en los edificios públicos. Estos grandes relojes visibles no sólo servían para fines litúrgicos, sino que también ayudaban a estructurar la jornada laboral. Relojes como el de Ebersberg son raros hoy en día porque muchos mecanismos históricos ya no se utilizan o han sido privatizados. Mientras la mecánica de la iglesia de San Sebastián siga funcionando, el buen estado del reloj puede durar otros 300 años, según han descubierto los expertos.
El futuro del reloj de la torre de la iglesia
Pastor Riedl, que empezó a trabajar en Ebersberg en 2002, se jubilará en abril de 2026. Antes de eso, sin embargo, queda por ver cuándo se entregarán los nuevos motores para el reloj. Hasta entonces, girar las pesas sigue siendo la única manera de que él y el sacristán sigan indicando con precisión la hora en Ebersberg. Sigue siendo emocionante ver cómo seguirá desarrollándose la historia de este venerable reloj. En un mundo moderno donde la electricidad a menudo se apodera de la funcionalidad de los relojes, el reloj St. Sebastian se erige como un símbolo de tradición y artesanía.